COSAS QUE EL RUNNING ME QUITÓ

COSAS QUE EL RUNNING ME QUITÓ

Hay cosas que nadie te dice cuando empiezas a correr. Nadie te advierte que vas a madrugar más que un panadero, que vas a planear tu semana entera alrededor de un fondo el domingo, o que un día vas a estar en la regadera mirando hacia abajo, y verás… una uña.

Sí. Una sola. En el piso. Negra, suelta, inerte. Y en vez de gritar, pensarás: “Lo sabía”.

Lo sabía desde hace semanas, cuando empezó a ponerse morada. Lo sospechabas cada vez que te quitabas los tenis y parecía que traías pintura gelish en los dedos. Pero nadie te preparó para ese momento en que tu cuerpo decide que ya no necesita esa parte de ti. Que la deje ir.

Y tú… la dejas ir.
Con dignidad.
Como buena corredora o corredor.

"No estás solo" 
Todos los corredores, en algún momento, hemos tenido los pies hechos trizas. No importa si eres de pista, montaña o asfalto. No importa si llevas 3 meses o 10 años. En este club, las uñas no son garantía.

Yo perdí mi primera después de un medio maratón. Y no fue la última. Lo más curioso es que, en vez de asustarme, me sentí… ¿orgulloso? Como si fuera una insignia secreta. Un tatuaje temporal. Un “yo ya se que se siente”. No se lo conté a mis amigos, pero cada vez que veía mi pie en la regadera, me daban ganas de decirle: “A huevo, cabrón”.

¿Por qué pasa esto?

La versión científica dice que es por el impacto repetido del pie contra el interior de la zapatilla. Si tus tenis son medio número más chicos, o si tus calcetines se mueven, tus dedos pagan el precio. Aparece un hematoma, duele, se pone negra, se despega y luego se va.

Pero la versión runner dice: “Pasa porque entrenamos chingón”
Porque no le bajamos al ritmo aunque duela. Porque ya estamos aquí, y lo vamos a terminar. Y si la uña se queda en el camino… pues que se quede.
“Una pinche uña no me va a quitar la gloria”.

¿Se puede evitar? Más o menos.
1- Usa zapatillas con espacio suficiente al frente. Medio número arriba es clave.
2- Corta tus uñas seguido* (sí, tú, que no lo haces desde Navidad).
3- Usa calcetas que no se muevan. Los de algodón del súper no cuentan, no seas gacho. (te recomendamos las nuestras BORN TO RUN )
 4- Ajusta bien tus agujetas, que el pie no se esté paseando en cada zancada.

Aun así, a veces pasa. Y está bien.

Lo que el running te quita… y lo que te da

El running me ha quitado uñas, sí. Pero también me ha quitado el miedo a empezar de cero, la ansiedad de un mal día, la pereza de domingo y la voz interna que me decía que no podía.
Y me ha dado cosas mejores: amigos, propósito, piernas fuertes, paz mental… y un umbral del dolor que se ríe de las ampollas y las uñas caidas.

Así que si estás leyendo esto con una uña morada, suelta o recién caída, te digo algo: No estás roto, estás avanzando y aunque no te den medalla por eso, todos los que corremos sabemos lo que significa.

¡Bienvenido a este culto! Aquí las uñas van y vienen. Pero las ganas de correr... esas se quedan, cabrón.
Back to blog

3 comments

Me sentí super identificada jajajaja… Real que se vuelve algo tan normal, que hasta raro parece cuando no sucede 🤭🤭

Lu Villanueva

Me encantan los blogs de Cultë. Positivos, ciertos, serios y también simpáticos. Le compraré al corredor que tengo cerca calcetas Born to Run en vez de las del super jajajaja

Lupita Suárez

Ouuuuch!!

Isa V

Leave a comment