Soy Más Que Mi Pace

Soy Más Que Mi Pace

El Pace Importa, Pero No Te Define

Si corres, seguramente te ha pasado: terminas un entrenamiento, miras tu reloj y, antes de sentirte satisfecho, lo primero que revisas es el pace. ¿Más rápido que ayer? Bien. ¿Más lento? Mal. Y ahí es donde muchos corredores caemos en la trampa de reducir nuestro rendimiento –y peor aún, nuestra identidad como corredores– a un número en la pantalla.

El pace es una herramienta valiosa para entrenar con estructura, pero no puede definirte ni como atleta ni como persona. Hoy quiero hablarte sobre por qué es importante, pero también por qué no deberías obsesionarte con él.

 

 

El Pace en los Entrenamientos

El pace es la velocidad a la que corres por kilómetro (o milla) y es clave en la planificación del entrenamiento. Dependiendo del objetivo, trabajamos diferentes tipos de pace:

•⁠  Pace de fondo: Ritmo cómodo que podrías mantener por mucho tiempo. Es la base de la resistencia.
⁠  Pace de tempo: Un punto medio donde corres fuerte, pero controlado. Ayuda a mejorar tu umbral de lactato.
•⁠  ⁠Pace de intervalos: Más rápido, pero en esfuerzos cortos y repetidos. Mejora la velocidad y eficiencia.
•⁠  ⁠Pace de competencia: El ritmo objetivo para tu próxima carrera.

Cada uno tiene su función, y lo importante es que respetes cada tipo. No todo es correr rápido; la clave está en la variedad y en saber qué estímulo estás buscando en cada sesión.

 

 

No Todos Los Días Son Buenos, Y Está Bien

Hay días en los que las piernas se sienten ligeras y volamos. Pero hay otros en los que cada paso cuesta. Es normal. El cuerpo no es una máquina con el mismo rendimiento diario. Factores como el descanso, la alimentación, el estrés y el clima afectan tu desempeño.

Por eso, medir el éxito de un entrenamiento solo por el pace es un error. ¿Hiciste el trabajo que tocaba hoy? ¿Mantuviste la intensidad adecuada? Entonces fue un buen entrenamiento, sin importar el número.

 

Tu Valor No Se Mide en Minutos por Kilómetro

Muchos corredores se obsesionan con correr más rápido todo el tiempo. Pero ser un buen corredor no significa ser el más veloz; significa ser constante, disfrutar el proceso y aprender a escuchar a tu cuerpo.

Tu pace es una métrica, no una etiqueta. No define cuánto vales, ni cuánto esfuerzo pusiste en una sesión. A veces lo mejor que puedes hacer es dejar de mirar el reloj y correr por sensaciones.

Correr rápido no te hace mejor persona. No hay un pace mínimo que te valide como corredor. Cada uno tiene su propio camino y circunstancias. No permitas que el ritmo al que corres determine cómo te percibes a ti mismo ni cómo percibes a los demás. Lo que realmente cuenta es el esfuerzo, la pasión y el amor por este deporte, sin importar la velocidad.

 

 

Conclusión

Usa el pace como lo que es: una herramienta para guiar tu entrenamiento, no un juez que dicte si eres "bueno" o "malo" corriendo. Aprende a leerlo, a interpretarlo y, sobre todo, a no obsesionarte con él. Porque al final del día, correr es mucho más que un número en la pantalla.

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